María Jimena Fernández
Y la corte finalmente dijo sí!
Algunas horas después de
conocer el fallo a favor de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, es
tiempo para pensar con cabeza fría sobre este magnífico paso que abre un poco
más la puerta para reconocer que, antes de ser hombre o mujer, somos seres humanos;
seres llenos de cualidades y defectos, de alegrías y tristezas, de problemas y
brillantes soluciones, como ésta de permitirle a parejas que se han unido por
amor, pero que biológicamente no se pueden unir para procrear la posibilidad de
adoptar. La adopción es una maravillosa solución para permitirle a los
homosexuales conformar una familia acompañada con hijos, con hijos que son el
resultado de mucho amor y no de una necesidad por adoptar y hacer un favor,
tampoco son hijos para hacer una rebelión social, son hijos que reafirman que
para amar no es necesario segmentar, no es una regla clasificar por género,
cuando se enamora se ama más allá de lo físico, se ama a un ser y por ésta
razón no habría motivo para discriminar o para negar una posibilidad que para
muchos es una opción de vida, de amor y respeto. ¡Sí! adoptar es una muestra de
amor y respeto, y permitirle a parejas del mismo sexo que lo hagan es aún más
valioso, reafirma que poco a poco vamos soltando las cadenas de la
discriminación y damos pasos grandes hacia la verdadera libertad, la libertad
de las cadenas que socialmente nos hemos amarrado y que a veces nos impiden
caminar! Que buena lección de tolerancia nos dio la corte constitucional, Colombia avanza por buen
camino y se afianza más en su discurso de paz y de perdón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario